Lo que falto decir es que cuando llegué no le dije mi nombre real, ni mi profesión, cosa que obviamente suelo hacer si voy a un templo "desconocido". En un momento comenzó a decir que me conocía, que sabía perfectamente quien era, y cuáles eran mis intenciones... con una voz tipo "Carlos Pinto"... ¡sustito! Pero rápidamente la puse a prueba, y no andaba ni cerca de saber quien era... Aparte de los intentos de "embrujarme", me ofreció un abanico interminable de "masajes", aclarando que eran servicios profesionales "tántricos", que no lo confundiera con "prostitución", incluso ofrecía los mismos servicios a mujeres, aclarando que no son "servicios lésbicos"...
En todo caso, para el que quiera probar una experiencia extrema, esté dispuesto a irse sin ducha, y le guste el masaje descontracturante fuerte que hace el inicio... que se arriesgue... y lo cuente en este foro...
Marcadores