Este caso es muy conocido en España y a muchos les sonará.

En 1979, la familia Pereira comenzó a encontrar rostros humanoides extraños que aparecían y desaparecían en su casa sin explicación. Según la historia, un día de agosto, María Gómez dijo a su marido que un rostro había aparecido en el piso, en concreto, en la cocina. Su marido destruye inmediatamente la imagen con un pico pero aparezció de nuevo más tarde. El alcalde les prohibió la destrucción de la nueva cara y había que cortar la pared para una prueba.

Las caras persistieron durante los siguientes 30 años, apareciendo como hombres y mujeres con una gran variedad de expresiones en sus rostros. Al igual que muchos otros sucesos paranormales, se encontró que la casa estaba construida sobre un cementerio y cuerpos fueron encontrados debajo de la casa. Los escépticos afirman que los rostros son un engaño, creada con el uso de un agente oxidante.