Es verdad padre... Antes, en Fantasilanda me subía a todas esas bestias mecánicas...
La última vez, me subí a esa weaita que cae aparentemente sin freno, y desde 30 metros, casi me da un ataque al miocardio...

Antes, en pleno litoral central, me quedaba en plena calle, tapado con una frasadita y tomando algún alcohol... Hoy, si no es en cabañas, no me quedo...

Estoy más viejo...