Como dicen que envejecer es obligatorio y madurar sólo opcional, yo le encuentro toda la razón al Señor de la Querencia.
La madurez tal como se anuncia de distintas maneras, también te pone a prueba de distintas maneras. Sin embargo cuando más se revela es cuando nos volvemos a encontrar con la misma seriedad con que jugabamos de niños. ¿Paradojal? Claro que sÃÂ*. Pero esa seriedad, la que pone el niño cuando juega (cuando inventa un rol y lo interpreta desde el alma), es la misma seriedad que te anuncia ya viejo que estas alcanzado cierta madurez y ello, sin perder esa extraordinaria capacidad de jugar y soñar, como dijo también alguién por ahi.
Y como madurar es opcional, yo por esta vez paso con el test.