Por lo menso para mí que tenga una visión crítica de nuestro sistema económico y político, no caigo en el socialismo, pero tampoco creo en el dogmatismo ramplon que este sistema nos hará desarrollados y "más felices".

Ahora tampoco es toda la culpa de este sistema, ya que el gran mérito de nuestra querida élite económica y política, que al final son los mismo, es el hecho de poder perpetuarse desde antes de la independencia, adaptandose, adaptando el país a su acomodo y si no lo pueden hacer sacan a los militares para volver al "orden" que les acomoda y no hablo tan solo del golpe de estado del ´73, sino que de toda nuestra historia "republicana" (revolución de 1891; matanza escuela Santa María, golpe de estado de 1924, etc). Para que decir del poder admirable que tiene para encantar, pololear, seducir con sus privilegios a muchos líderes que quisieron hacer algo diferente, por ej. Alessandri Palma o el caso patético de muchos dirigentes de la Concertación.

Un aspecto de lo que estoy comentando lo desarrolla Alberto Edwards en su libro La Fronda Aristocrática.

slds