Si bien, aquel tratado no marca el descubrimiento ni conquista de América, tampoco la colonización y mestizaje de Chile, es sin duda la última oposición cultural e identitariamente fuerte a la conquista europea, en su más amplio espectro y no solamente territorial.
Siempre he tenido el sueño, ucrónico por cierto, de lo que habría pasado si los guaraníes hubieran ganado y dominado el continente, restituyendo una tierra subyugada por extranjeros a sus pueblos originarios... ¿Como serían los países latinoamericanos... Como habría sido Chile?
Yo creo que aun tendríamos una selva indomesticable en el Sur, el Norte todavía estaría poblado de ceremonias y cultos a las fuerzas de la naturaleza y misterios del espíritu, y fundamentalmente creo que yo mismo sería más feliz, con la victoria aborigen sobre el “canibalismo” europeo circulando por mis poderosas y amplias venitas.
Marcadores