Respecto del tema, lo he dicho antes... Tener sexo no es lo mismo que hacer el amor, pero se parece harto... Por lo tanto, tener sexo aunque sea remunerado, es jugar con fuego... A veces resulta difícil no comprometer sentimientos.

A menos, claro está, que uno sea un energúmeno que se sirve de la prestadora del servicio como un objeto, pasando por alto su condición de persona.