Toda actividad en la que se gana dinero a cambio de proporcionar estímulos sexuales, cae dentro de lo que se llama comercio sexual, y el comercio sexual tiene diversos matices, desde las minas que ganan dinero posando en el playboy y revistas afines, las que bailan desnudas en un night club, pasando por la cafetina, la masajista y la que se ofrece para tener relaciones sexuales a cambio de dinero.

Lo que ocurre, es que hay formas de comercio sexual, que son socialmente más aceptadas que otras, pero no por ello deja de ser comercio sexual.