Gatita:

Las chicas que trabajan en este rubro son personas, muchas de ellas lindas personas. Para mi, la decisión de comercializar el propio cuerpo es parte de las libertades sexuales, no le veo el problema, ni el pecado, ni la maldad. Muy por el contrario... Si la chica lo hace para ganarse la vida, bien por ella. Más peca uno que contrata el servicio. Más puto es uno al pagar por sexo...

He tenido lindas amigas, a quienes he querido mucho, en estos 30 años que llevo visitando prostíbulos, privados, cafés, y ahora que estoy más viejo sólo centros de masaje. Muchas de ellas son tremendas mujeres, mamás amorosas y dedicadas, y excelentes compañeras de sus hombres. Para todas, mi más profundo respeto.