Cita Iniciado por trinitario Ver mensaje
. . . Al margen del dinero ganado...¿Recuerdan haber tenido una experiencia sexual memorable, sumamente placentera y agradable en el marco del ejercicio de la profesión?...esto es ¿con un cliente?...en otras palabras ¿se disfruta o se goza sexualmente a veces con el ejercicio del puteo? ¿mejoró su vida sexual con el ejercicio de la prostitución?...¿o solamente cierran los ojos, apretan los dientes, hacen la performance de gemidos, y esperan que la hora pase luego y el cliente se retire (por no decir, se vaya) rápido?...¿alguna vez se fueron con una sonrisa para la casa, no tanto por el dinero ganado, sino por el buen sexo que tuvieron y las sensaciones vividas?

A primera vista, me asiste la convicción que el sexo con desconocidos, con límite horario preestablecido y a cambio de dinero, por lo menos no aparece como una experiencia del todo desagradable para las damiselas, si así fuera, entonces simplemente no lo harían.
Estimado don Trinitario:

Admiro su honestidad en el tema que plantea, sin embargo, creo que usted lo expone a sabiendas que ". . . no todo lo que brilla es oro . . .", con la vaga esperanza que alguna señorita diga lo que usted quiere escuchar para quizás quedar feliz con la última "actuación" experimentada.

Pero no nos echemos tierra a los ojos. Sabemos que muchas de las experiencias sociales en que participa el dinero son desvirtuadas por él y llegan a confundirnos (sin descartar que haya manifestaciones sinceras). Por ejemplo ¿cómo distinguir si la buena atención de un vendedor de tienda es por su vocación de servicio o sólo porque nos ve como una comisión? ¿Cómo saber si la sonrisa y simpatía de una mesera es por el compromiso con su empresa o porque nos ven como una buena propina? O en el caso de nuestras amigas kfetinas ¿ha visto alguna vez una sonriente atención para un cliente tacaño? Tal vez sí, pero son muy escasas.

En resumen, don Trinitario: este tipo de relaciones sociales son un verdadero juego en el que cada cual se convence a su manera y se imagina lo que más le convenga. Por eso mismo, no hurguemos en lo que ya sabemos y sigamos creyendo que la buena atención del vendedor es por vocación y la de la mesera o kfetina es por nuestro sex appeal y que nuestras compañeras ocasionales de lecho recuerdan ese gran e intenso orgasmo que le produjimos.

Como corolario, siga sus aventuras y créase el cuento como todos, que nuestras amigas sufren por nuestra ausencia, están enamoradas de nosostros y nadie más que nosostros las hemos hecho gozar con intensos momentos.

Un abrazo.

P.S.: Discrepo con usted en cuanto a que si algo nos resulta desagradable "no lo haríamos" ya que muchas de las cosas que hacemos no son a plenitud de satisfacción pero igual las tenemos que hacer. En especial si hay necesidad de dinero de por medio, como por ejemplo tener que aguantar un jefe insoportable o tener que madrugar o trasnochar para cumplir un horario maldito.