Nombre = Marcely
Edad = Treinta y algo...
Internet= www.marcely.cl
Costo= 30K. Por una hora... Más propina, porque siempre es más que eso.
Ubicación= Centro de Viña del Mar
Lugar= Departamento
Tipo= Absolutamente independiente
Conserje= No.
Fono= 08-9853566
Horarios= Lunes a sábado de 10:30 a 20:00 hrs.
Fecha= Si las pongo todas, faltarÃÂ*a página

Notas servicio:

Nivel de Empotamiento= 90%
Estatura = 1,55 mts.
Contextura = Normal, muy bien proporcionada.
Cara = 7,0 bonita y coqueta.
Nivel de Phothoshop= 0%
Trato: 7,0 Atenta, agradable, relajada.
Besos = 7,0. De polola, amante... Besos exquisitos y sin restricción.
Tetas = 7,0 Tamaño justo, muy bien mantenidas.
Culo = 7,0 Formadito, firme, dispuesto.
Mamon = 7,0. Hay que ir preparado.
Movimientos pelvicos = 7,0 Sabe captar tu ritmo y lo realiza a la perfección.
Calidad de sonido= 7,0 Quejidos excitantes...
Anal = 7,0 Aunque no es mi debilidad. Le gusta.
Ambiente = 7,0 Limpio, privado, ordenado, se nota la preocupación.
Atención= 7,0 SimpatiquÃÂ*sima, candente, relajadadÃÂ*sima con el tiempo

Promedio Final = Sorry si resulté muy subjetivo, pero cada vez que me he atendido con ella el promedio es el mismo...

Comentarios aparte=
Sábado, 07:00 A.M.
Suena el despertador y me levanto raudo. Tras una ducha y sin siquiera tomar desayuno, parto en dirección al metro. Destino: Estación Pajaritos. Compro pasajes de ida y vuelta, intuyendo el dÃÂ*a que me espera. El bus sale a las 08:45 y descanso algo durante el viaje.
A las 10:15 ya estoy en Viña… Marco el teléfono de Marcely, quien me pregunta si ya estoy en el terminal de Santiago; le respondo que no, que estoy ya en Viña y me pide que le avise cuando esté ya en su puerta. Recuerdo que se me quedaron unos chocolates en la maleta del auto, asÃÂ* que paso a comprar nuevamente y me dirijo a su departamento. Una vez en la esquina, la vuelvo a llamar y baja a recibirme con una sonrisa, preciosa ella, y un beso. Subimos, conversamos unos momentos (pocos, a decir verdad), pone música, se saca el jeans y sweater y me muestra su nueva tenida de encaje negro, confeccionada por ella misma. En rigor, le duró muy pocos momentos puesta. Besos sin restricciones, su cuerpo casi fundido en mÃÂ*, manos recorriéndonos mutuamente… De pronto, delicadamente y sin suspender sus besos, desabrocha mi cinturón, baja el pantalón y desciende lenta y suavemente. Yo, aún de pie y ella sobre la cama. Verla ahÃÂ*, haciendo un oral de ensueño que me tuvo por las cuerdas, era más de lo que esperaba. Hubo que hacer un paréntesis para despojarme de la poca ropa que quedaba y ya estábamos ambos sobre la cama, besándonos y recorriéndonos por completo. Luego, naturalmente, un sexo espectacular como ella sabe que me gusta y que no tardó demasiado en hacerme explotar de placer.

En el intermedio, como siempre muy preocupada, me ofreció jugo o agua mineral y un chocolate. Conversamos algunos temas y no me dÃÂ* ni cuenta cuando ya estábamos listos para otro round. Debo reconocer que ella sabe como excitarme sin esforzarse demasiado, disfruto y sabe disfrutar cada vez que estamos juntos. El sexo, conjugado con su simpatÃÂ*a, es muy difÃÂ*cil de superar. Si a eso le añadimos que el reloj no existe para ella y su preocupación es que uno se sienta realmente cómodo, sólo puede tener un resultado: Lo mejor del dÃÂ*a, aunque éste pueda ser muy bueno en otros aspectos.

Nuevamente conversación, relajadÃÂ*simos, y ya debÃÂ*a volver a Santiago. Confieso que cuesta despedirme de ella, los besos al llegar a la puerta son de esos que no quieres que terminen. Definitivamente, para mÃÂ* siempre vale la pena viajar a verla y estar con ella desde que hace un año la conocÃÂ*.

volverÃÂ*a: He vuelto y volveré...