Un poema para mi Mujer

En un lugar remoto llegue cansado a los pies de tu ser,
Los labios rojos y resecos de tantos laberintos que atravesé.
Me diste tu boca para que beba, me diste tu regazo para que descanse,
Tu cantos me dieron la paz, tu amor me dio la vida.

Vivo enteramente agradecido a ti y al destino,
Al ángel del amor que te puso en mi camino,
Si no te tuviera mi corazón no tendría consuelo,
Si no estuviera contigo mi alma viviría de duelo.

Te amo, amor mío, te amo desesperadamente,
Por nada en el mundo quiero perderte,
A los dioses de la muerte le pido que no te arrebaten,
A los dioses de la vida les pido que te conserven.