Una noche soñé que volaba,
Que llegaba hasta los confines del silencio mismo,
Que las luces se descubrÃÂ*an ante mÃÂ*,
Que se hacÃÂ*an toda una sola,
Soñé que mis alas se extendÃÂ*an desde lo más profundo
Hasta lo mas alto,
Este sueño fue suave,
Tan suave, tan sutil que casi no distingo su rostro,
Su gobernante rostro
Que se dejaba deslumbrar asÃÂ* mismo por sus cristalinos,
Estos que por interminables minutos,
Por largas horas, por perpetuas leguas de altura…
Voló junto a mÃÂ*.
Al despertar quise visualizarlo,
Retratar aquella magnánima sensación;
Aquel sentimiento de libertad y represión
De mucho frio y en instantes también de mucho calor.
Pero, como retratar al cielo?
De pronto descubrÃÂ* mis alas encadenadas sangrantes al sub-suelo
DescubrÃÂ* también que no fui yo quien volaba,
Fue un trocito de cielo que descendió hacia mÃÂ*.