Bueno, de hecho era una pensión, donde se le daba alojamiento a trabajadores de paso en la ciudad.
Pero la tía tenia una libretica llena de teléfonos de niñas "amateur" que querían ganarse unos pesos extra oficiando de musas de manera ocasional.
A veces se conocían auténticos filetitos, y otras veces algunos chascos.
La cosa era a la suerte de la olla.
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