Mi deseo para 2014 es que la Pancha no vuelva nunca más a los café, sino que se vaya a trabajar con la tía Ale. Yo sería el primero esperando atención. (Me la culié varias veces en el segundo piso del café, a lo perrito en la barra. Exquisita, pero muy cansador, me quedaban las piernas para la cagada). En una cama la pancha sería un 7.