Yo siempre fui autista, no iba a carretes, no robaba clientes. Siempre llegaban cleintes que se querian atender conmigo.
Un día me quitaron la ropa mis compañeras y la tiraron a la calle. Me puse a llorar y me fui.
Desde ese momento me puso más ruda, pero nunca llegué a los golpes.
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