Estuve pensando eso desde que desperté...
El mejor ejemplo que tengo hasta el momento es este:
Te tomas un trago... Estás feliz... Te tomas otro y eres el divertido de la fiesta... Al tercero, eres el anfitrión de la casa... Al cuarto, estás con la mina más rica del lugar... Al quinto, hablas ruso... Al sexto, das pena...
Hay que saber cuándo parar Linus, y reconocer que el último paso que diste, arruinó una jornada perfecta.
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