Sr. Konewood...

Sabe, en Alameda... Pleno centro de Santiago, a diario debo eludir a unos 5 o 6 perros que ladran y lanzan tarascones a los peatones.

Los perros vagos son animales; son seres vivos; son abandonados; y por último como criaturas de dios, merecen vivir. Además existen algunas leyes que los defienden.

Sin embargo son un problema de sanidad pública, abandonados se convierten en una plaga, forman jaurías, pueden ocasionar hasta la muerte...

Yo que usted, si el municipio no le da respuesta, lo mato pero piola.