Me gusta el webeo, y eso no lo cambio por nada.

Soy cafetero de la vieja escuela y aunque tuve un receso de cuatro años, jamás dejé de visitar a alguna escort.

Partí cafeteando por ahí por el año 1993-94, y las cosas no han cambiado taanto. Como en todos lados hay de todo. Chicas que usan los cafes como centros de contacto para trabajar de escort , chicas que les gusta el webeo y aprovechan su pega para sentirse unas verdaderas diosas, otras que necesitan las lucas y con verguenza trabajan en un café, en fin.

La gran gracia de las chicas de cafés es que con ellas puedes alcanzar una amistad que con la escort es más difícil, aunque como dicen por ahí, la mayoría de los clientes no somos más que consumo y propina para ellas, y unos pocos llegan más allá. ¿Y por qué? Porque a la cafetina la puedes ir a ver todos los días y a la escort no.

Siento gran respeto por unas y otras y no las crucifico como algunas autoridades hacen, porque les guste o no, son parte de nuestra idiosincracia y hay que mantenerlas porque nos permiten momentos de sana diversión.

Para los que no le hacemos al copete, el cigarro ni las drogas, es nuestra vía de entretención.

Y que tanto! Las mujeres chilenas son de las más lindas y simpáticas, no entiendo que haya gente que endiose tanto sólo al producto extranjero.