A mi hace años atrás me pasó una talla bien mala (No sé si deba contarla...filo).

Antes de mi receso cafetero de cuatro años, fuí al antiguo Ali Tsunami y me atendí con una pérfida de nombre de flor. Ella sacó a pasear al niño y jugueteo con él un buen rato y yo aproveche de hacerle harto "nanai". La cosa es que terminé más prendido que carbón de fonda, y después de retirarme, iba caminando y cerquita de La Moneda, me percaté que el amigui estaba aún afuera...jojojojo. Menos mal que ese día no había nadie en la calle y que yo andaba con un impermeable que me tapaba, porque si no...ups.

Desde ese día, siempre me aseguró bien que esta todo guardadito, donde corresponde.