Apreciada Conejita:
Ya que usted conoce tanto a Marjorie, podría ser nuestro contacto con ella para pedirle que reconsidere su decisión, puesto que la extrañamos y dejamos mucho intercambio de cariño pendiente.
Por favor, insístale y, si no accede, amenácela con que la olvidaremos y nos dedicaremos a usted que, al parecer, tiene similares atributos, tanto físicos como de personalidad y deseos de intercambiar cariño.
En todo caso, debo reconocer que me costaría olvidar a Marjorie y su deliciosa calidez. A no ser que usted Conejita, se ponga a su altura ...
P.S.: Quizás ampliando su repertorio a los masajes, logre usted tomar la delantera.
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