Oh, qué sorpresa. Me atendí con esta señorita como dos o tres veces, pero alcancé a evadir el empotamiento. Atendía en Juan Bosco con otras amigas bien parecidas también, no sé si lo hará ahí todavía.
Linda, simpática, alta, cinturita de avispa, una polola universitaria.
Concuerdo con la mayoría de las tablas de ví. Haría la mía pero ya caducó la memoria pasional.