Hace unas semanas conversaba en un café con un distinguido forero. Al medio de la conversación llegamos a la conclusión que el tema de pagar por sexo o masajes, siempre deja un gustito de que algo falta, que al final no se satisfacen totalmente las necesidades, siempre falta el encanto y ansiedad de la conquista, el desafío e incógnita si resultará o no.
Por lo mismo mis reportes han ido disminuyendo (siempre fueron pocos en todo caso), pero a la vez siempre tuve la duda respecto a Camila de Masajes Vip, siempre me preguntaba por que tantos Camila adictos?.
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Bueno, con esa duda y con el convencimiento de mi retirada en las visitas a estos centros, quise despedirme con Camila. Así las cosas la llamo, contesta su teléfono, no con la ansiedad de captar un nuevo cliente, tranquila, sin ofrecer lo que no es capaz de cumplir, tan solo ella que conoce todo su potencial en el arte del masaje. Llego al lugar acordado a unas cuadras del Metro Pedro de Valdivia, me recibe ella, vestida con una mini falda, una polera negra ajustada a su cuerpo. Conversamos un rato, banalidades propias de estos momentos, me ofrece la ducha la cual acepto, voy a la habitación me recuesto en la cama-camilla y comienza con un masaje en los pies, con la presión justa en los músculos tensos, continúa por las piernas, para así proseguir por la espalda, soltando cada nudo de mi cuerpo, como si supiera de antemano cuales son los músculos que debe soltar. Yo por mi lado me sumerjo en un relajo que hace tiempo no tenía, me dejo llevar por la experiencia de ella, por su conversación pausada y justa, sin verborrea, lo justo y necesario, para disfrutar del relajo en que me ha sumergido.
Estimados, me cuesta unir las piezas de este sueño, que al igual que los reales, una vez que uno se despierta, cuesta hilar el sueño completo, tan solo uno sabe que fue un sueño placentero. Por lo mismo me cuesta identificar cuando terminó el masaje y cuando empezó la estimulación, al parecer comienza con sus manos, dando pequeños roces en todo el cuerpo, continúa con sus pezones rozando las plantas de mis pies, mis muslos y mi espalda, para continuar con sus manos nuevamente, en algún minuto me invitó a darme vuelta y yo como prisionero de esta masajista accedí, ella como si fuéramos amantes se dio todo el tiempo necesario para estimularme, para que yo me dejara llevar por este cuerpo hermoso que tenía en mis manos y otras me dejaba que ella fuera la dueña de estos minutos u horas.
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No les puedo contar si este sueño duró algunos minutos o más de una hora, tan solo les puedo decir que esperando el ascensor me veo con una sonrisa en los labios que hace tiempo no tenía.<O:p></O:p>
Slds
Valo
