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		Pitutitos 
		Trabajaba  de promotora, modelo, según ella. Siempre fue bonita, también muy  vanidosa. “Nació para reina”, decía su mamá, alimentando su ego a  temprana edad. Y como no, si la rubiecita salió reina en el kinder,  octavo y cuarto medio. A los 13 años ya tenía desarrolladas las curvas,  admiradas por un lote de compañeros enamorados de ella, mas de algún  profe caliente que la devoraba con la mirada y dos pololos. A los 21 ya  había había promocionado bebidas, yogurts, cecinas, ropa, etc. Fue en la  tienda donde conoció a Mario, supervisor de 42 años, casado, dos hijos.  El  tipo la joteó, la llenó de regalos, promesas y claro, la minita cayó.  Cuando quedó embarazada automáticamente a Mario le renacío el amor por  su esposa, y Cindy se quedó con una escuálida pensión, la visita del  cuarentón los sábados y su adorado hijo. Lo amaba y daría todo por él.  Una amiga le comentó lo de los “servicios”. Y bueno, su mamita vieja ya,  los pagos de la carrera y los gastos de la guagua hicieron que la rubia  se decidiera a trabajar de scort ocasional. Total, no era ni la primera  ni la ultima universitaria que se hacia sus pitutitos, se dijo.   
 Estaba nerviosa en el departamento de su ahora colega de privados. Un  tipo de unos 30 y algo, bien vestido y hasta atractivo pasó al living  donde atendían las dos universitarias. A Cindy le llamó la atención el  sujeto, puesto que pensaba que solo viejos, solterones y hombres poco  agraciados pagaban por sexo. Cruzaron algunas palabras y el tipo escogió  a Cindy. Le encantaba culiar rubias. La chica no pudo evitar sentirse  halagada, por sobre su amiga, incluso en aquella limitada elección.  Entraron a la pieza. Al darse cuenta de lo inexperta de la chica nueva,  virtud de sus años de putero, fue él quien manejo la sesión. Comenzó a  acariciarla y desvestirla, mientras la besaba entera. A Cindy le agradó  el aroma de ese perfume masculino y le recordó a Mario, las cachas en la  bodega de la tienda, los moteles, los asientos reclinables del auto…El  tipo guió a Cindy a su verga erecta y la rubia se la mamó entera,  incluyendo los coquitos en el jugueteo. Luego la tiró hacia atrás y le  chupeteo la concha depiladita, a consejos de su amiga. La chica se dejó  llevar y sintió un exquisito lengüeteo en su entrepierna. Por algunos  segundos al aficionado a las rubias se le paso por la mente culiársela  sin condon, la mina no se había dado ni cuenta, pero no quiso hacerle la  maldad y se enfundó el pene, comentándole a la mina lo importantísimo  que era de que ella se fijara en ese detalle. “Ohh, tienes razón, que  estúpidaa…gracias”, le dijo al tipo. La mina se sintió en deuda con  aquel desconocido y se esmeró en atenderlo muy bien. El hombre comenzó a  penetrarla, la mina se sintió muy a gusto con aquel macho que la poseía  en forma tan rica, sus tetas rozaban aquel pecho peludo, la lengua del  tipo en su oreja… luego la cambió de posición para ponerla a lo perrito y  darle bien duro. Cindy lo estaba gozando en verdad…
 El hombre se vistió, anotó el celu de la rubia y con un beso bien  jugoso dejó a la putita acostada en la cama. La scort recién estrenada  se empezó a vestir, ojalá llegaran más clientes, pensó. Miró al velador y  tomó los 35 mil pesos en billetes nuevos, como sacados recién del  cajero. Se regocijó al pensar que quizás tendría suerte y le tocarían  minos ricos, decentes, caballeros. Su amiga no tardó en llamarla. Afuera  la esperaba un viejo flaco, medio sin afeitar y bien curado.
 
 
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		Y donde se ubica a esta rubia pitutera??
 saluds