Logianos, les contaré una historia. Correré el riesgo de que no les interese nada, y me perdonarán si el tema no corresponde al foro, pero creo que es el lugar para contarla, este es el único espacio en que hablo de mis andanzas ocultas.
Hace unos años, iniciándome en esto de los cafés, yo tenía una regalona en un café céntrico, diría que fue mi primera regalona. Ella era menor que yo lo cuál no era tan común pues en ese tiempo era aún más joven que ahora. Con ella nos conocimos bastante, incluso nos juntamos algunas veces afuera, ella era de esas minas que andan medio perdidas en la vida, y que quieren ser más libres (me acordé de la mina de Forrest Gump que pasa lanzada), pero lo que me gustó más de ella fue su autenticidad en varias pasadas que tuvo conmigo. Obviamente saldrán los que ven en todo una técnica marketera, que sin duda la hay, pues la vida esta llena de esas técnicas, incluso en el amor así como en todo tipo de cosas, pero me quedo con la sinceridad de esta mina con la que nos caímos bien y que llegó a ser algo así como una amiga.
Un dia ella decidió cambiar de rubro, no me adentraré al respecto, solo decir que era algo mas complicado para mi bolsillo. La fui a ver unas cuantas veces a su nueva pega donde podíamos conversar lo de siempre, además de los adicionales que traía el cambio de rubro, cosa que obviamente me tuvo bien loco, la mina me gustaba mucho, y yo probablemente a estas alturas ya sufría del conocido "mal del empote".
Por esos días ella comenzó a estudiar, y yo a pololear. El pololeo no estorbó nunca del todo mi cafeteo por ser una práctica mas inofensiva, pero si las visitas a mi amiga que me traían mucho remordimiento, así que decidí terminar con eso y haciendo muy esporádicas mis visitas comencé a perder el contacto, hasta que simplemente no supe más de ella. Un día esperando a mi polola en el auto comencé a revisar mi celular y al encontrar el número de mi "amiga", lo anote en un papel arrugado, me lo eche al bolsillo y borré el contacto, no se donde mierda habrá quedado el papel.
Hoy en día luego de años de pololeo me encuentro nuevamente sin compromiso hace ya un buen tiempo, y mi mente pecaminosa tardó poco en recordar a esta loca que tanto me gustó y que dejé de ver, pero siempre tuve la duda de si seguía trabajando en el mismo lugar, y los motivos económicos me convencían de no averiguarlo tampoco. Esta semana fue distinto, me encontré medio deprimido, estresado, solo, y con ganas de mandar todo a la mierda. Pensé: "voy a un cafe?" y me encontré respondiendo "naa"; unas palabras que ella hace tiempo me susurro al oído y que quedaron grabadas en mi cabeza de pronto volvieron a mi mente y me decidí. Me desocupé de lo mio y me dirigí al lugar, ahí estaba la manilla y el neón y no se por qué me sentí nervioso, mi amigo se escondió. Abrí la puerta, no hay cajero, "pasee!!", una silueta en primer plano, pase de largo, más allá 3 siluetas sentadas juntas, camino, alguien se levanta aun conversando con su colega, entonces me mira, y sonríe diciendo mi nombre mas fuerte de lo que hubiera querido, "tanto tiempo!".
De vuelta a mi casa no podía contener una sonrisa de oreja a oreja que a mas de un transeúnte debe haberle llamado la atención. Recordando su piel y con su olor impregnado en mí, un portal en el tiempo se abrió y por un momento tuve unos años menos. Yo pensaba que estaba vacunado, espero que así sea, estoy a tiempo, supongo.
PD: No me había dado cuenta de que se trata de mi post 300.
