CHONDO
06-11-13, 10:54
Me parece escuchar la carcajada del mismo Satanás, cada vez que planteo el tema de la Constitución de 1980; larvada en gran medida en el cerebro de la UDI, Sr. Jaime Guzmán.
Aun peor es escuchar la risa no solo del respetable Cola de Flecha, sino que también la de sus acólitos y la de la oposición parásita.
Como era de suponer, Jaimito no era muy sagaz. No sospechó que en un futuro, Chilito ya no estaría custodiado por nuestras honorables Fuerzas Armadas… Ni mucho menos que la Constitución y su conjunto de regalías para los "poderosos", beneficiaría a la misma Oposición… No pues, ese futuro sencillamente no era posible para la bola de cristal de Pinochet y compañía.
Es en esta macabra danza de parásitos, en donde escuchamos a vampiros y “dinerófagos” discursear de igualdad y diferencias, claro que como una cáscara… Y no precisamente como la cáscara robusta y flexible de una sandía, sino como la de un huevo huero.
La cosa es como sigue: Ante las necesidades sociales, el gobierno cual Transformer; se da notables contorsiones, articulando mecanismos mediáticos, señalando que el costo de tal o cual mejora es muy alto. Lo que realmente falta es el deseo real de hacer las cosas. Cuándo la voluntad existe, el costo es un tema menor. Díganle a una madre soltera con un hijo enfermo, que el costo es muy alto.
Yo no creo que la igualdad de todos sea un sinónimo válido de justicia y equidad. Lo que creo, es que no pueden existir diferencias discriminantes… Aquellas que vulneren el derecho y acceso al bienestar y realización personal.
Jaime Guzmán, púdrete con todos los demás.
Aun peor es escuchar la risa no solo del respetable Cola de Flecha, sino que también la de sus acólitos y la de la oposición parásita.
Como era de suponer, Jaimito no era muy sagaz. No sospechó que en un futuro, Chilito ya no estaría custodiado por nuestras honorables Fuerzas Armadas… Ni mucho menos que la Constitución y su conjunto de regalías para los "poderosos", beneficiaría a la misma Oposición… No pues, ese futuro sencillamente no era posible para la bola de cristal de Pinochet y compañía.
Es en esta macabra danza de parásitos, en donde escuchamos a vampiros y “dinerófagos” discursear de igualdad y diferencias, claro que como una cáscara… Y no precisamente como la cáscara robusta y flexible de una sandía, sino como la de un huevo huero.
La cosa es como sigue: Ante las necesidades sociales, el gobierno cual Transformer; se da notables contorsiones, articulando mecanismos mediáticos, señalando que el costo de tal o cual mejora es muy alto. Lo que realmente falta es el deseo real de hacer las cosas. Cuándo la voluntad existe, el costo es un tema menor. Díganle a una madre soltera con un hijo enfermo, que el costo es muy alto.
Yo no creo que la igualdad de todos sea un sinónimo válido de justicia y equidad. Lo que creo, es que no pueden existir diferencias discriminantes… Aquellas que vulneren el derecho y acceso al bienestar y realización personal.
Jaime Guzmán, púdrete con todos los demás.